Surge de la idea del Dr. Francisco Butorovic, quien buscaba crear un espacio donde ejercer su práctica profesional con un enfoque humano y centrado en el paciente. Francisco, proveniente de una familia de odontólogos, creció en el entorno de una clínica dental. Allí, presenció cómo su padre atendía a sus pacientes de manera amable, cercana y empática, lo que le inspiró a perpetuar este estilo de atención, el cual considera fundamental para contribuir a su comunidad.

El proyecto nace en la comuna de La Reina, lugar donde Francisco reside con su familia y donde decidió establecerse profesionalmente. Esta elección no fue casual, sino que se basó en su sentido de comunidad y convivencia. Su deseo es permanecer en este entorno y ejercer su profesión en beneficio de los habitantes de la zona.

Una vez concretada la construcción, Francisco conforma un equipo con colegas y amigos de su alma máter, la Universidad de Chile. Juntos, gracias a sus diversas especialidades, forman un sólido equipo multidisciplinario que les permite establecer una red interna de derivación, solucionando casos de baja, mediana y alta complejidad.